El dialogo

Juan Alberto Sánchez García

La semana pasada se ensayó el mecanismo más apropiado y universal entre seres racionales llamado: dialogo, quizá único camino que puede conducirnos a encontrar soluciones a esta tremenda polarización, que hoy vivimos en Venezuela, un país partido políticamente en tres toletes y no en dos como se suele decir y hacer creer a la gente.

Nelson Mandela lo decía y además lo practicaba: EL PERDON NO CAMBIA EL PASADO, PERO SI EL FUTURO DE UNA NACION, ni más ni menos a eso tienen los conductores políticos del país que dedicarle el mayor de los esfuerzos, para lograr que el dialogo sea fructífero y duradero; sobre todo porque actualmente Venezuela se encuentra en un callejón sin salida, debatiéndose entre dos visiones políticos, que han arreciado la discordia entre los venezolanos y hemos ya llegado en este tramo político de 14 años de un solo gobierno, casi que a un apartheid.

El dialogo del pasado miércoles entre legítimos: el presidente constitucional de Venezuela, junto a los recién electos alcaldes de oposición presentes y dos gobernadores, sirvió de primer ensayo para ver si es posible lograr entendimientos necesarios y urgentes, donde haya respeto entre gobiernos Regionales y Municipales hacia el Gobierno Nacional y que el gobierno nacional también respete a estos acores políticos de cuya legitimidad tampoco hay duda, no promoviendo gobiernos paralelos llamados «Protectores» que se convierten en saboteadores de la labor, estadal y municipal, que son más bien premios a la consolación por haber perdido políticamente, siendo además ilegales a la luz de nuestra carta magna, porque atenta contra el ordenamiento legal.

Ese respeto se puede lograr si el dialogo sigue siendo el mecanismo que el Presidente Nicolás Maduro impulse y a su vez sea retribuido por la oposición; insisto, no hay otro camino de paz y cordura posible; si ambos toletes de la política son capaces de oírse, entenderse y respetarse, habremos logrado el sueño de vivir entre iguales que pensamos distinto, porque a todos, absolutamente a todos nos duele Venezuela, porque este pedazo de tierra donde tuvimos la suerte de nacer, es nuestro y de nadie más y que el concepto de Patria también es de todos.

Cuando observamos por TV la Reunión – Dialogo, pudimos captar a un Ledezma muy ponderado y respetuoso, poniendo los puntos sobre las ies, pero también pudimos ver a un alcalde y un gobernador, que pocos les importó estar frente al primer mandatario nacional, Gústenles o no, y optaron por los planteamientos orilleros y casi que el gobernador que intervino le faltó decirle al presidente Nicolás Maduro, mi pana burda, pues se dirigió siempre a Nicolás, por el contrario el presiente Maduro lo tildó siempre de gobernador con nombre y apellido y además con altura, el pichón de alcalde recién electo la quiso botar de jonrón y el presidente Maduro le vio hasta la costura a la pelota y le metió tremendo palo, al susodicho solo lo vimos como tomaba agua y veía irse de largo la pelota.

También sirvió este primer ensayo para que el país se diera cuenta que una cosa piensa el burro y otra el que lo enjalma, que esas declaraciones de voceros de la oposición desconociendo al Presidente Nicolás Maduro como Jefe de Estado, no se la comen muchos de los alcaldes allí presentes y fue ese día el deslinde con unos personajes de la oposición que juegan al desastre, a la guerra política total, al caos, pero también sirvió para que el Presidente Nicolás Maduro deslinde con algunos de su partido que no creen en el conversatorio como salida y mecanismo democrático.

Si el Gobierno Nacional sabe aprovechar en el buen sentido de la palabra, esta circunstancia del reciente dialogo y entiende que si un municipio sacó con los votos a un alcalde Chavista, por algo seria, que debería mas bien revisársele su gestión y capacidad gerencial, porque tuvo acompañamiento de un Gobierno Nacional, una Asamblea Nacional, unos parlamentarios a su disposición y a veces hasta a un gobernador de su lado, dependiendo de la entidad, por lo tanto nada le faltó; ah…..! solo le faltó lo que ningún gobierno le puede dar: capacidad gerencial para hacer gestión pública y por eso lo castigaron con el voto.

Ahora que se inicia un nuevo año fiscal, ojala y no se le ocurra a algunos políticos y personeros del gobierno comenzar a quitarle obras ya presupuestadas y concertadas con los consejos comunales a una alcaldía porque se perdió electoralmente, tiene que privar la sensatez y entender que ese pueblo que espera esas obras para solucionarle problemas diarios a su comunidad, vive en este país y probablemente una mayoría apostó por el chavismo y hoy se siente defraudado y por eso no acompañó la propuesta chavista de su localidad, solo hay que revisar los números electorales para que veamos cómo la matemática habla por sí sola.

Juan Alberto Sánchez García

Un comentario Agrega el tuyo

  1. duendin3 dice:

    Saludos Juan Alberto, excelente que tengas un blog para derramar allí tus claros pensamientos sobre la situación política del país…

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