Por: Juan Alberto Sánchez Garcia
Cuando se asiste al paso de Bolívar por las calles de La Grita, emulando ese fulgurante mayo de 1813, en el inicio de su Campaña Admirable, es de tropezarse con diferentes motivos que atrapan los recuerdos y reviven la esencia bolivariana.
Simón Bolívar nunca ha sido ni es un mito para los venezolanos, más por el contrario, sigue siendo la personificación de ideas nacionalistas y libertarias, por eso su imagen universal. Cuando en los años 70 un grupo de atrevidos estudiantes y profesores desafiaron el “establecimiento” para enraizar nuevamente los valores de ese hombre, cuya estela mágica le permitió unir a mujeres y hombres de diferentes estamentos sociales, económicos y políticos, en torno a la idea de independencia, volvió a fraguar en La Grita ese pasado histórico que siempre es presente.
Es por ello que ver estos niños vestidos a la usanza, retrata ese pasado y vigoriza el presente, reafirmando el futuro; imbuirse en este paso de Bolívar por La Grita como lo hace todo el pueblo, es digno de tenerlo siempre presente; que sea para la familia gritense el dia de salir a la calle en un teatro popular casi que sin libreto, pero si con el conocimiento básico de lo acontecido y que se conmemora, no es menos que reconfortable.
Con este acontecimiento que año tras año rememora La Grita, reafirma el sentido ancestral histórico que cada uno lleva en su ADN y que revive esa carga dejada por Los Humogria, para seguir marcando los pasos que el destino tenga a bien asignarle a cada uno.
JASG.