Mi Grita duerme

Mi Grita duerme

Por: Juan Alberto Sánchez Garcia

Abatida por el trajín del día, cuando sus calles no cesan del tropel de  autos y motos junto al caminar de su gente, a veces aturdida por el resonar de bocinas y sin poder dormir la siesta; cae La Grita en su ganado descanso, como bien lo merece y muestra esta imagen en plena plaza Bolívar.

Y no es para menos, ella también se agota y necesita reposar, después de la ardua  jornada cumplida tras atender en sus calles a más de seis mil motorizados y unos dos mil autos, que palpitan diariamente de arriba a abajo, atrapados por el  trabajo que no da tregua ni reposo.

La Grita, ciudad eterna, ya carga en sus espaldas a más de cuarenta mil habitantes, en sus  diez mil y pico de viviendas; ha dejado de ser ese rincón pequeño y apacible con sabor a pueblo colonial, con figura de barca anclada en la mar de estas montañas, para ir poco a poco modelando la Ciudad del Espíritu Santo, esa que todo gritense nacido o adoptivo lleva en su alma, donde el clima y su gente atrapan para siempre. 

Por eso contemplar estas imágenes nocturnas de La Grita, llaman a la reflexión del trato y cuidado merecido que se le debe brindar a este nicho de ciudad que el próximo año 2026 cumplirá: “cuatrocientos cincuenta años” de fundada. Y un alto en el camino será útil y necesario para que sus hijos evalúen el acontecer de este pueblo hecho Historia.

JASG.

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