Táchira rescate del café

 


Ideas para un Táchira posible

Al rescate de la caficultura tachirense

Juan Alberto Sánchez García

El estado Táchira fue reconocido desde la época de la colonia, entre otras cosas por el cultivo del Café, fue este cultivo un icono que nos identificó inclusive a nivel mundial por la calidad de su café, sirva el ejemplo del café producido y procesado para exportación en el municipio Sucre (Queniquea) que gozó de fama y prestigio en los mercados internacionales a donde llegaba en saco de 60 kilogramos con la marca «Pacca Queniquea».

Hoy es triste y lamentable la situación por la que atraviesa la caficultura tachirense, pues de cultivarse 34.859 hectáreas en otros tiempos y llegar a ser el primer productor de café del país luego desplazado por el estado Portuguesa, actualmente solo llegamos a las 18.404 hectáreas según cifras del MAT Táchira.

Habiendo marcado pauta el café tachirense, por cultivarse en 18 de los 29 municipios, por la generación de empleo, por el bienestar económico y social que generaba en el medio rural y por ser un cultivo estratégico desde el punto de vista conservacionista, entre otras razones, son los motivos que deben llevar al gobierno regional a plantearse un agresivo programa de rescate y relanzamiento del cultivo del café en el estado Táchira.

Ya en los años 80 venia asomándose el fantasma de la crisis cafetalera nacional y el Táchira era un importante bastión que a través de las diferentes organizaciones oficiales, de investigación y gremiales de productores, advertía de la debacle acelerada y constante que sufría la caficultura nacional y obviamente tachirense; esfuerzos se hicieron, pero poco impacto positivo causó, recordemos el programa nacional de café que desde el Táchira lanzó el Ministerio de Agricultura y Cría: «Diversificación de cultivos en áreas cafetaleras» con la participación de expertos nacionales e internacionales de Costa Rica, quienes asesoraron tal iniciativa, para potenciar la producción del propio café y los demás cultivos y rubros de nuestro agroproductor.

En el estado Táchira, tenía asiento el Fondo Nacional del Café, con una infraestructura física y humana de excelente calidad, que lógicamente ameritaba aplicarle un proceso de reingeniería para adaptarlo a las nuevas realidades económicas y políticas, pero fue mas fácil su eliminación para cambiarlo por nada, como aquel axioma «cambiar todo, para que nada cambie»

No fue, ni es casual que en nuestro Táchira, se creara a través del Ministerio de Agricultura y Cría hace mas de 40 años, la única estación experimental de investigación en café de Venezuela, allí en Bramón, en el municipio Junín, en esa vieja casona que marcó un hito en la investigación de la caficultura venezolana, llegando a ser una referencia internacional en investigación del rubro café, donde permanentemente por la cercanía a Colombia, se tenían intercambios científicos y tecnológicos, que nos permitían estar actualizados en las más recientes novedades en el mundo del café, compartir las investigaciones nacionales hechas aquí en Bramón y en el resto del país, con los centros de investigación colombianos por la importancia que este rubro juega en la agricultura de ese país.

Hoy somos como país cafetalero, una colonia importadora de no menos de 800 mil quintales de café al año, que antes producíamos y que buena parte la aportada el estado Táchira; de haberse cumplido los planes que se vinieron generando en los años 80 y 90 mas las los propuestos por el presidente Chávez ahí en el central de beneficio de café en Bramón, en un Aló Presidente, donde lanzó y dio instrucciones precisas para el relanzamiento de la caficultura venezolana, implicaría hoy tener los estados cafetaleros del país, en plena actividad agrícola, generando empleo estable y digno en todo el circuito cafetalero, conservando los suelos y aguas de las zonas agrícolas, y exportando a los mercados internacionales nuestra cuota de café de calidad reconocida como lo fue en otros tiempos.

La tarea sigue pendiente, el sueño y el interés del tachirense sigue ahí incólume frente a estas realidades, las tierras esperando ser preparadas, fertilizadas, sembradas y regadas para hacer lo que ellas sabe hacer: producir, solo falta la disposición y la visión de que si es posible tener un estado Táchira del tamaño de nuestros sueños, prospero donde quepamos todos.

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