Panadería La Polar

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Otro emprendedor Gritense

Luis Pernía y su Panadería La Polar

Por: Juan Alberto Sánchez García

Allá por los años 60´s, el señor Luis Pernía, emprendedor Jaureguino de origen campesino, comenzó la tarea de fundar “Panadería La Polar” en la esquina de la calle 2 con carrera 2 (ver gráfica) abajo del pueblo, en El Calvario, diagonal a otra empresa que marcó los tiempos de La Grita: “Molinos La Grita”. De manera que “Los Calvarieros” disfrutaban todos los días de los sabrosos olores del pan de La Polar y del chocolate “Corola” junto al café “Superior” de Los Molinos.

Algunas generaciones recuerdan los comienzos de esta empresa casi artesanal y familiar, que inició el señor Luis Pernía junto a su esposa y Don Angel, su suegro, quienes brindaban un excelente servicio con pan de calidad; y se comenzó a hablar y a diferenciar el gusto y la preferencia en el pueblo de las quesadillas de “Las Ramirez” y de “La Polar”

Luis Pernía, fue realmente un soñador y emprendedor exitoso, era común verlo los primeros tiempos de su empresa, repartiendo pan por las bodeguitas del pueblo en una carretilla que llevaba un cajón pintado de azúl, no le amilanaba ni le causaba escozor ser el dueño de la panadería Polar y a su vez repartidor de pan por la calle, actividad que compartía con su suegro, Don Angel. Pero igual se le encontraba en esta vieja casona con su gorrito blanco típico de los panaderos, trabajando esmeradamente, por eso fue exitoso. En una oportunidad le pregunté por qué trabajaba tanto y siempre atento del negocio y me dijo: muchacho, usted no sabe que al ojo del amo engorda el caballo?

Y fue verdad, a los años ya lo veíamos en su nueva camioneta marca Internacional color azul, repartiendo pan por las bodegas de La Grita. Un día fue mas allá, compró un lote en la recien inaugurada avenida Francisco de Caceres, y construyó unas tremendas instalaciones de tres niveles, en donde todavía no habían viviendas, y allí también abrió las puertas de “Panadería Polar”

compró dos novedosas camioneticas Opel, tipo panel, y las colocó como distribuidoras de pan, por eso se hizo común encontrar pan de La Polar en Seboruco, El Cobre, Pueblo Hondo, Pregonero, y aldeas vecinas a La Grita. Pero también construyó al frente de la vieja casona de Panadería Polar, la nueva sede de la panadería, que es la que hoy muchas generaciones conocen.

Pasados los años y Luis Pernía convertido en prospero empresario de La Grita, quería seguir incursionando en el mundo panadero; se fue a la ciudad de Colon, capital del municipio Ayacucho y compró la panadería emblemática de la localidad “panadería Mario” y allá se fue a continuar su sueño de panadero.

Pasados los años y ya enfermo pero trabajando, lo visité en su panadería Mario, conversé un buen rato con el señor Luis, amistad que cultivé porque él fue muy amigo de mi padre, por quien lógicamente en la conversa me preguntó, me dijo que estaba enfermo y achacoso, pero que seguía trabajando con su mejor y mas leal amiga: “la harina de trigo” y que un día moriría con el calor del horno y su familia, y la inseparable harina de trigo. Y asi fue, hace unos años se marchó otro de los emprendedores Gritenses, que marcaron pauta y dejaron huella, teniendo siempre como norte la honestidad y el trabajo emprendedor.

La vieja casona de la gráfica fue la cuna de esta panadería insigne de La Grita de esos tiempos, y que hoy a pesar de las vicisitudes por las que atraviesa el país, sigue ofreciendo algunos tipos de pan y que a eso de las 3 de la tarde desprende su olor por las calles y casas vecinas.

JASG julio 2019

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