Andarin

En La Grita

Andarin el lavador de carros a domicilio

Juan Alberto Sánchez García

José María Vivas es su nombre de pila, pero todo el mundo en La Grita lo conoce como ANDARIN.

Nace en Mogotes en el año 1939 y estudia hasta segundo grado, cuenta que un día su mamá le sirvió un caldito negro y se puso a jugar junto a su hermano y botaron el caldo al piso, su mamá enfurecida por este acto, le dio como recompensa tres fuetazos con una soga de tres nudos que le quedaron marcados en el «cogote» y las costillas.

Esto hizo que Andarín, estuviera en la noche pensando qué rumbo tomar y efectivamente al otro día con 12 años de edad se fue de Mogotes para La Grita, «me fui a terminar de criarme» llegó donde la señora Berta Rosales y el señor Domingo Pabón y trabajó allí «aconchabado» cuenta orgulloso que todos los hijos de esta honorable familia, lo veían como un hermano más, los recuerda con mucho cariño y llama a cada uno por su nombre, por lo que Andarín se sentía muy bien, además habla de sus compadres, Berta y Domingo, ya fallecidos, que le sacaron un muchacho de bautizo.

Como no quiso estudiar más, compartía su tiempo con apoyar en la casa haciendo mandados, aprendió a limpiar zapatos y se metió a «limpiabotas» se iba al liceo militar a limpiar zapatos y además por las calles de La Grita, nunca le gustaba estar de limpiabotas en la plaza Bolívar, porque dice que habían muchos limpiabotas ahí y él estaba pichón en el oficio, había que tener mucho cuidado para que no le cayera crema a las medias.

A los 18 años es reclutado, se lo llevan a San Cristóbal y después para Caracas, sirvió sus dos años en Conejo Blanco, cuenta lo dura que era la vida militar, les pegaban con palos de escoba por la espalda y la nuca hasta que se partieran, eso le traía los recuerdos de su casa, pero le daba miedo «volarse del cuartel»

Regresa a La Grita y trabaja en el liceo militar como mesonero «fui prosperando y me pasaron a bedel» regresa nuevamente a mesonero y ya cansado de esto, se retira y nuevamente Andarín empieza a pensar qué hacer? Se monta en la camioneta de Eufemiano Corredor, quien le dio la cola y fue a parar a la gobernación, no recuerda quien le dio una carta de recomendación, porque ahora su ruta de vida debía ser la de policía, logra hablar con el gobernador, dice que lo recuerda como si fuera hoy se llamaba Ceferino Medina Castillo, me dijo y vos querés trabajar dónde? Andarín muy amolado le dijo donde usted ordene señor gobernador, por la tarde regresó a La Grita uniformado de policía, alegre y «echando pinta en La Grita» a los dos días, se fue uniformado para San Cristóbal y ya no pidió la cola, al tiempo lo pasaron a San Simón y luego a San José de Bolívar, nunca le gustó trabajar de policía en La Grita, a donde le ofrecieron varias veces mandarlo.

Un día le dijo a su mujer que ya ese trabajo no le gustaba, llevaba 5 años de policía. Regresa a La Grita y comienza a lavar carros por la calle, llevando siempre su sombrero, una manguera y el tobo con los demás implementos, me dice que el hambre en la calle la amortiguaba con fumar cigallo; Andarín, creo que fue el primer Gritense en tener este trabajo de «Un lavaito a domicilio» ya tenía su clientela, me cuenta que andaba por las calles de arriba abajo y por eso lo pusieron «ANDARIN» cosa que no le disgusta para nada y dice que ya él no atiende por su nombre si lo llegaran a llamar.

Andarín en nuestra conversación, fue muy fluido es de hablar llano y con su propia manera de conversar, dice que salía en la mañana a caminar por la calle, si el carro que veía era de un «Cliente» sin pedir autorización al dueño, llegaba pegaba la manguera a la tubería y lo lavaba, si el dueño no salía, él se iba sin cobrar sus «2 bolivaritos», dice que nadie le dejó de pagar nunca, los que se iban para caracas u otras ciudades cuando volvían en vacaciones siempre le pagaban.

Un buen día, comenta Andarín, «Ramón Mora el que mentaban Rata Mala» me regañó y gritó con palabras muy feas y groceras porque estaba lavando un carro en la calle, él trabajaba en «La Inos» de aquí, le contó a su mujer y sus hijos y el hijo mayor le dijo «papito, no se preocupe lávelos aquí en la casa» ya cansado también de andar de arriba abajo por estas calles de La Grita, donde dice haber pasado mas de 30 años en este oficio.

Curiosamente los «clientes» de Andarín al ver que no volvió a pasar por su casa, le llegaban a su casita en la calle uno mas arriba de los molinos La Grita, donde dice que con mucho sacrificio y lavando carros, logró comprarle esta parcelita, que era una falda, a Ismenia Montoya y a Ramón Montoya y «hacer este rancho que tengo»

Aquí ahora su hijo menor, ya que se le han muerto su esposa y 5 hijos, es el que lava los carros y «cobramos Cien bolitos» por lavado, Andarín dice que con sus 75 años encima, está muy enfermo, que lleva ya tres infartos y ahora tiene esa vaina que llaman «brunconeumonia» hace 10 años dejó de fumar, habla con mucho afecto del Doctor Moreno que es «su cardiólogo» y que lo atiende muy bien en el ipas y le manda » las medecinas»

José María Vivas, nuestro ANDARIN, es otro Gritense, a quien le profesamos admiración y cariño, quienes le hemos conocido y hemos sido sus «clientes» como él mismo lo afirma.

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