Gente de La Grita
Luis Duque (El Medico) y Germán Duque (El Jaco)
Por: Juan Alberto Sanchez Garcia
A estos dos Gritenses los encontré hace ya un tiempo muy bien arreglados y emperjumados acompañando el matrimonio del nieto de Luis Médico y sobrino político de Jaco.
Luis Duque, conocido popularmente como Luis medico, fue policía en los años cincuenta y pico, manejaba la camioneta que comúnmente la gente llamaba la alcaldía; Luis, junto con los policías de guardia, persiguió a mas de un zagaletón que por la época estaba infringiendo la ley en las calles de La Grita, y sobre todo en las horas nocturnas, cuando salían en cumplimiento de la ronda que obligatoriamente ejecutaban cada hora por las calles del pueblo.
Era común el estar pendiente del reloj si se estaba en la plaza o en la calle, para guardar compostura mientras pasaba la policía, y en los grupos se turnaban también los vigías, que avisaban con algún “santo y seña” la presencia de los gendarmes locales.
Luis medico, luego trabajó muchos años con un taxi en la línea de la plaza Bolívar y ese remoquete de “médico” se lo debe a que siempre andaba muy bien vestido y cuando agarraba una carrerita, si el cliente estaba enfermo lo recetaba al precio de la carrera que oscilaba entre 1,50 y 2,0 bs.
Por su parte Germán Duque, conocido popularmente como “El Jaco” es otro Gritense que conoció el trabajo y el sacrificio desde niño, pasando su infancia en la finca y casona de Doña Gregoria, en el Llano de Los Zambrano, de donde diariamente a la edad muy temprana de los diez años, tenía que venir a La Grita a vender leche y el resto del día lo pasaba trabajando en la finca, conoció tarde la educación porque lo primero era el trabajo.
Jaco, fue Guardia Nacional, vacunador de un programa sanitario del Ministerio de Agricultura y Cría, dirigente gremial agrícola y promotor de La cooperativa Los Comuneros, emprendedor jaureguino y pionero de las ferias de las hortalizas en los años 80´s y del centro de acopio “Los Comuneros”
El medico y jaco, transitan hoy en su etapa de la tercera edad, rodeados del cariño de sus hijos, nietos y amigos, compartiendo en sus hogares con sus esposas y el resto del entorno familiar.
Estos gritenses son en esencia inspiradores de confianza, al conversar con ellos, pareciera que tuvieran metido en el tuétano de sus huesos, el espíritu de Los Humogria, y Los Comuneros, pues siempre a pesar de su edad los acompaña la esperanza de vivir en una sociedad con mas justicia y tranquilidad.
La Grita enero 2018