En La Grita
Se Vende un Convento
Por: Juan Alberto Sánchez García
Una vez que el capitán Francisco de Cáceres funda en 1576 la ciudad del Espíritu Santo y comienza a organizarla, viaja a España llevando todos los recaudos de la misión encomendada y ya cumplida. Diligencia la traída de Los Frailes Franciscanos, quienes emprenden viaje finalizando el año 1579.
Llegan a Cartagena de Indias en El Nuevo reino de Granada y 40 días después de larga y difícil travesía llegan a la ciudad del Espíritu Santo, bautizada como La Grita. Comienzan los Frailes su actividad de construir un convento junto a una iglesia que les permitiera desarrollar su misión pastoral y educativa. Y así nace El Convento de San Francisco, llamado también de Santa Clara, en la parte intermedia del pueblo, lo que hoy se conoce como la plaza Jáuregui.
El complejo de este convento media 140 varas de largo por 70 varas de ancho, compuesto por una iglesia con sacristía, dormitorios, despensa, cocina, patios, tres solares donde los Frailes tenían la huerta de cultivos y cría de aves y cochinos, la plazuela. La entrada al convento estaba definida por la plazuela y por la iglesia y todo rodeado por paredes pisadas.
La capilla estuvo situada frente a la carrera 7 y a su espalda, hoy el perímetro de la plaza, el cementerio donde por cierto fue sepultado el fundador de la ciudad en 1589 a la edad de 50 años, y al fondo donde actualmente está el templo de la iglesia de Los Ángeles, era el solar y parte de las edificaciones del convento de San Francisco.
Casi doscientos años después, en 1768 para unos historiadores y 1776 para otros, les comienza a resultar incomoda la estadía a los Frailes Franciscanos en esta comarca, pues no recogían los aportes suficientes de la feligresía para poder cubrir sus gastos, lo que los llevó a tomar la decisión de cerrar el convento y el templo.
Días después de haber enviado a la ciudad de Pamplona en La Nueva Granada, casi todos los enseres de su propiedad y vendidos otros aquí; la congregación emprende la tarea de vender las instalaciones del convento junto con la capilla, ofreciéndola al mejor postor por 150 pesos.
El provincial Fray Antonio López llegó a La Grita a liquidar los bienes del convento, desmanteló la iglesia recogiendo las imágenes de La Virgen de Los Ángeles, San Francisco y una autentica reliquia de un San Blas traída en 1610, como pago de una promesa, una vez pasado el devastador terremoto del 3 de febrero de ese año. Así mismo bajó del campanario las hermosas campanas que estaban desde 1616 repicando todos los dias y avisando a la feligresía de las actividades religiosas.
La oferta fue inmediatamente respondida por el vecino Don José Javier Contreras, quien les ofreció comprársela en plata constante y sonante. Esta situación alborotó al pueblo que comenzó de seguidas a movilizarse para evitar se ejecutara esta venta y que La Grita quedara sin templo, convento y cementerio.
“El pueblo rescata el convento para la ciudad”
Lamentaba la comunidad la perdida de ese templo, el convento y la partida de esos Frailes que junto al trabajo espiritual, eran unos verdaderos emprendedores, que trasmitieron sus conocimientos y saberes ancestrales. El Fray Francisco de Maqueda fue quien esculpió del árbol de Cedro amargo, la imagen del Santo Cristo en 1610; el Fray Orellana fundó e impartió clases de artes y pintura, en la primera escuela de ese tenor fundada en Venezuela y que fue orgullo de La Grita. Pero también en ese lugar estaba el cementerio que guardaba los restos de muchos Gritenses y también del fundador de la ciudad.
Los Gritenses se alborotaron, crearon un comité que entró en conversaciones con el Provincial responsable de la venta del convento y le ofrecieron 50 pesos más, lo que sumaba en total 200 pesos, para que dejara en la capilla las campanas y las imágenes. Emprendieron la recolección del dinero que fue aportado: 126 pesos del pueblo, 50 pesos aportó la comunidad de Bailadores y 24 pesos los integrantes del comité.
Y es así como el gallardo y unido pueblo de Los Humogrias, rescató para La Grita y sus habitantes las instalaciones del convento de San Francisco y su iglesia y que hoy conforman todo el sector de la plaza Jáuregui en su conjunto con la iglesia de La Virgen de Los Ángeles y la casa parroquial.
Fuentes consultadas:
- Academia Nacional de La Historia. Los Comuneros de Mérida. Caracas 1981
- Castillo L. Lucas G. La Grita una ciudad que grita su silencio. BATT N° 160. Caracas 1998
- Luna Herbert. Monseñor Jesús Manuel Jáuregui Moreno (1848 – 1905) contribución al estudio de su biografía y de las relaciones Iglesia – Estado en Venezuela. BATT N° 159 Caracas 1998.
- Lupi O. Domingo E. Apuntes Gritenses. Caracas 1976
- Méndez M. Ricardo. Era un hombre. El levita de las dificultades: Mons. Jesús Manuel Jáuregui Moreno. Edición Publi – ARTE Caracas 2013
- JASGoctubre2019