
Ayer tropecé con la vejez
Ayer tropecé con la vejez hecha ternura y sabiduría, un viejito campesino de nuestros paramos, con el que sin conocerlo pude compartir una corta conversa, conserva todavía ese atuendo y sabor campesino que ya se nos está yendo.
Atinó a preguntarme y comentar ¿qué bolera, que todo lo venden ahora en pesos, será que el bolívar se fue? Lo miré a los ojos sin poder decirle nada, solo le di como respuesta una sonrisa triste y un adiós hasta siempre.
JASG